El buen hábito de establecer metas no es solamente para el ámbito laboral o deportivo, aunque es dónde comúnmente lo escuchamos. Y dónde más nos lo exigen.
Y lejos de sentirnos presionados, deberíamos de sentirnos contentos, por tener un objetivo que perseguir.
Es cierto que las metas no siempre están bien establecidas. En ocasiones, se parecen más a un buen propósito o a una ilusión que a un objetivo realista que queremos alcanzar.
¿Cómo reconocer una buena meta?
Descubrir si una meta está bien establecida no es tan difícil, solamente hay que revisar que cumpla con lo que se conoce como el modelo SMART, por sus siglas en inglés.
Una meta tiene que ser:
Específica. Si estás entrenando para un triatlón, por ejemplo, de nada sirve decir «voy a mejorar mis tiempos». ¿Cuántos segundos o minutos bajarás? ¿Será en
la prueba en general o en una disciplina específica? ¿En qué distancia o modalidad participarás?
Medible. «Reducir el nivel de estrés en los miembros del equipo» puede parecer una tarea muy loable. Sin embargo, ¿cómo medirás el descenso? ¿Utilizarás la presión arterial? ¿La cantidad de sonrisas en el día? ¿La disminución del ausentismo? Si no puedes medirla, quizás sea el momento de replantearla.
Alcanzable. Suele ocurrir mucho cuando no se conoce mucho del tema, cuando se está demasiado entusiasmado o cuando la prisa por obtener los resultados fuerza la situación. Y esto solo puede conducir a la desmotivación de quién debe alcanzarla. Ojo: una meta alcanzable puede ser ambiciosa, pero siempre manteniendo un grado de realismo.
Enfocada en resultados. De alguna manera, te las ingeniaste para conseguir tu libertad cuatro días a la semana por la tarde. Todos esos días, has acudido al gimnasio. Sin embargo, tu condición no es la óptima o tus músculos no se ven más definidos. ¿Por qué? Porque no estableciste un resultado final. Si no está claro hacia dónde se debe llegar, se corre el riesgo de perderse en el camino.
Situada en un rango de tiempo. Claro, cualquiera puede decir «voy a bajar 10 kilos». Pero ¿en 20 días? ¿En un año? ¿En seis meses? Es muy importante establecer el tiempo en el que se logrará, de lo contrario se puede caer en la procastinación.
Hay un inciso extra. Las metas deben estar, siempre que pueda, alineadas a tus deseos e intereses. Esto facilitará enormemente su ejecución.
Así que cuando revises tus metas laborales, para la escuela, el deporte o establezcas tareas para tus colaboradores o tu familia, no olvides repasar los puntos, verás que te resulta más sencillo trabajar en ellas.
Más información:
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Autor: LCC Ileana Maya (toda información expuesta es propiedad intelectual de quien la escribe y la reproducción total o parcial se considera plagio).